La Primera Comunión de un hijo es un acontecimiento que llena de alegría a la familia, pero no es aconsejable dejarse llevar por la euforia y hacer una lista interminable de invitados. El niño no sólo debería conocer a todos aquellos que acudan a acompañarle en un día tan especial sino que además tiene que sentir que es él el protagonista.
Familia más cercana. A una Primera Comunión se acostumbra a invitar a la familia más cercana, a los amigos más próximos de los padres y, por supuesto, a los amigos del niño. A no ser que la celebración se realice en el colegio y el resto de los miembros de su clase se hallen en la misma situación, el protagonista es el niño que hace la Comunión por lo que debe poder invitar a sus mejores amigos.
No más de 50 invitados. Una Comunión no es una boda y, por tanto,sobran los compromisos y los compañeros de trabajo. Además, al tratarse de un acto formal, familiar e íntimo, no se debe contar con más de 50 invitados, (¡aunque también dependerá de si la familia es muy numerosa!).
Invitaciones sencillas. Aunque no es necesario enviar invitaciones para una Primera Comunión, tenemos la posibilidad de mandarlas para que nadie se olvide de la fecha, el lugar y la hora, sobre todo si hay familiares que tienen que desplazarse de ciudad. Se puede incluir un plano que indique la iglesia y el espacio de celebración. El estilo debe ser sencillo, si acaso con alguna imagen de motivo religioso, preferentemente de corte infantil. El texto será breve y conciso y habrá que enviarlas entre tres y un mes antes del evento.
Buscar un hotel cercano a los invitados que vienen de fuera. Una vez que se conozca la lista definitiva de invitados hay que identificar a todos aquellos que vayan a venir de otra ciudad y buscar un hotel cercano al lugar donde va a tener lugar la Primera Comunión y pactar un precio ventajoso. Una vez realizada esta gestión se deberá informar a los invitados que puedan necesitarlo y dejarles la opción de aceptar a ellos
fuente: eventoclick
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