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¡Por fin llegó el momento! El esfuerzo de meses se ve concretado en un solo día, el día en que todo gira en torno a ti y en el que emprendes un nuevo camino. Termina la fiesta y se van de luna de miel a un destino romàntico, donde todo es miel sobre hojuelas. Pero en algún momento tienen que volver, y es entonces cuando el hechizo se rompe. Regresan a la rutina y tú te sientes inexplicablemente triste y vacía.
Esta descripción es mucho más común de lo que crees: cada vez más novias se sienten invadidas por una melancolía abrumadora después de su boda y luna de miel. Según estudios, una de cada 10 mujeres sufre depresión post-boda; algunas se deshacen de ella al cabo de unos días, pero otras cargan con ella durante meses... o incluso años.
Pero, ¿por qué pasa esto? ¿No se supone que las recién casadas deberían desbordar alegría? Planear una boda es una tarea que consume casi todo el tiempo libre de las novias, así como su energía y dinero. Las bodas suelen convertirse en el centro sobre el cual gira la vida de una pareja, pero sobre todo de una mujer, que es quien suele involucrarse más emocionalmente.
Así que es de esperarse que cuando este evento haya pasado permanezca una sensación de vacío: no sabemos qué hacer con nuestro tiempo, ya no somos el centro de atención, quedan deudas por saldar y la vida marital no es ese cuento de hadas que habíamos creído.
Sin embargo, muchos especialistas creen que el problema de fondo es que solemos crearnos expectativas poco realistas sobre nuestro enlace y la vida marital que le sigue. Muchas mujeres ven sus bodas como la meta, como la respuesta para ser felices, cuando una boda es sólo el inicio de una nueva etapa.
¿Cómo puede afrontarse –y, mejor aún, evitarse– este terrible sentimiento? Toma en cuenta las siguientes recomendaciones.
En el calor del momento, muchas parejas gastan más de lo que tienen con tal de tener “la boda de sus sueños”. Sin embargo, una vez que el evento termina, quedan endeudados por meses. ¿Y qué peor manera de empezar una vida juntos que con deudas? Establezcan un presupuesto fijo y ajústense a él: pueden tener un enlace maravilloso sin tener que gastar millones. ¡Ojo con los gastos ocultos!
Crea un álbum con ideas para inspirarte en tu enlace, e incluye también ideas de cosas que quieres hacer cuando tengas tiempo: unas vacaciones relajantes, recetas, un libro que quieras leer, ideas de citas románticas, manualidades… Así podrás distraerte una vez que el torbellino haya pasado.
Una vez que hayan regresado de la luna de miel, no te quedes encerrada en casa mirando tu ramo con nostalgia: toma clases de baile o cocina, aprende un nuevo idioma o inscríbete a un gimnasio. ¡Te sentirás mucho mejor!
Después de tanto estrés, nervios y ansiedad, quizá lo que necesitas es estabilizar tus emociones. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que con clases de yoga o meditación? Estas disciplinas te ayudarán a dejar de ser aprehensiva con lo que ya pasó y a abrirte hacia un nuevo comienzo.
El golpe de volver a la realidad es más duro si vuelves de tu luna de miel directamente a la oficina. Toma unos días de descanso antes de regresar al trabajo, y aprovéchalos para descansar con tu pareja y organizar los regalos que recibiste de la boda.
¡Festejen su nueva vida juntos! Salgan a correr por las mañanas, planeen “jueves de películas”, salgan los viernes a conocer un restaurante o bar nuevo, organicen escapadas de fin de semana para romper con la rutina.
No tienes que sentirte avergonzada de estar triste o deprimida. Si te sientes así, háblalo con tu pareja; así sabrá qué es lo que te pasa y no se sentirá confundido. ¡Quizá hasta él se sienta igual! Abrirse y compartir sus sentimientos los volverá mucho más unidos.
Happy Planning
Etiquetas: postboda, depresión, depresión post boda, boda, novios, esposos
Foto: Senzao