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Hoy hablaremos del anillo solitario. ¿Cuáles son sus orígenes?, ¿por qué se llama así? y ¿qué es exactamente?.
Empezaremos por la historia, que nos cuenta que en el año 1477, Maximiliano I de Austria decide casarse con María de Borgoña y para mostrar el poder que tenía como rey y emperador le regaló el primer anillo de compromiso con diamante de la historia. Posteriormente, Tiffany introdujo la montura sencilla y una única piedra. Así nació el anillo solitario.
Por lo tanto, un anillo solitario es básicamente, aquel que está compuesto por una sola piedra engarzada en un aro de metal. La piedra suele ser de carácter precioso o semiprecioso, aunque en la mayoría de los casos el material elegido es el diamante. En cuanto al metal, lo habitual es que sea oro, tanto blanco como amarillo.
Ya sabemos por qué se llama así y qué es exactamente. Pero ¿cuándo se utiliza? Pues les cuento que el solitario es el anillo de compromiso tradicional más regalado en la pedida de mano. Aunque se pueda asociar a un estilo clásico, existen infinidad de modelos desde los más sobrios y sencillos a otros más modernos. En cualquier caso, es una sortija que nunca pasa de moda. Es una joya especial para ese momento inolvidable de la petición de matrimonio.
Y como ya lo hemos comentado en otras ocasiones, lo más importante a la hora de acertar con la elección del anillo solitario es saber y conocer a quién se lo vamos a regalar. Aunque no sea algo que se vaya a usar en el día a día, debemos tener en cuenta que la persona que lo va a llevar se debe sentir cómoda con él, para ello debe adaptarse perfectamente a su mano y ser el complemento perfecto para cualquier ocasión en la que quiera lucirlo.
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